Ayer Ucrania hizo historia en 'Eurovisión'. El país afectado por la invasión rusa logró saltar de un cuarto puesto en la tabla por parte del jurado profesional a llevarse el micrófono de cristal tras recibir más de 400 puntos del público que los alzó con la victoria. Su tema 'Stefania', del grupo Kalush Orchestra, compuesto originalmente como una dedicatoria a la madre del vocalista y con un nuevo significado para el pueblo ucraniano con el inicio de la guerra, llegó al público europeo.
El grupo ucraniano pedía en directo ayuda para Mariúpol y, más concretamente, para aquellos que todavía están resistiendo en Azovstal, donde está el Batallón Azov. "¡Salvad a Mariupol! ¡Ayuda a Azovstal ahora mismo!", chilló el ucraniano.
Un grito de desesperación y ayuda que todo el público aceptó al saber la situación actual en la que se encuentra el país pero que, a juzgar por la normativa oficial de la Unión Europea de Radiodifusión (EBU), "'Eurovisión' no es un evento político". Un mensaje claro que recuerda que ninguna delegación o participante agregado a esta, deberá manchar esta regla durante la celebración del evento.
En 2019 ya ocurrió algo parecido con los representantes de Islandia. Los cantantes mostraron a cámara en varias ocasiones la bandera palestina durante la ceremonia de votaciones, algo que va en contra de la normativa. Esto hizo que los islandeses tuviesen que afrontar una sanción económica, pasados unos meses de celebrarse el festival. Por el momento tocará esperar para saber si finalmente acabarán sancionando a Ucrania por sus palabras tras ganar esta polémica edición de 'Eurovisión 2022'.
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